Los voluntari@s del Centro de Día de Fuencarral continúan su labor en el ropero y comedor social San Juan Bautista de la Orden de Malta

Siguiendo con nuestro lema de ¿Nos ayudas a ayudar?, el grupo de voluntari@s del Centro de Día de Fuencarral, comenzaron en octubre de 2019 su nuevo proyecto de voluntariado centrado en la comunidad, tras años colaborando con proyectos internacionales de tipo recaudatorio (económico). Por ello junto al Comedor y ropero  San Juan Bautista de la Orden de Malta, (Orden religiosa que ofrece servicio a las personas vulnerables y enfermas, gestionando proyectos médicos, sociales y humanitarios) se embarcaron en la idea de habilitar y abrir un ropero solidario en el centro de día, en el que usuarios, profesionales, vecinos y otras personas interesadas participaron en la recogida de ropa, calzado, productos de higiene y alimentos.

El principal objetivo era poder recoger productos, así como ejercer el rol de voluntario/a en la propia entidad, participando de las tareas junto a otros/as voluntarios/as.

Por ahora el grupo que acude al comedor/ ropero sigue contado con la presencia de un profesional, pero la intención es prescindir de esta figura una vez que l@s voluntari@s hayan integrado el funcionamiento. Por ello, el ropero del centro de día supone un lugar de entrenamiento para las tareas en la Orden de Malta (selección, clasificación y empaquetado).

Debido a la pandemia tuvieron que suspender el voluntariado presencial así como la recogida de ropa. Trascurrido el verano y contando con todas las medidas de seguridad frente a la covid-19, el ropero reabrió sus puertas y retomaron su labor en la Orden, pero esta vez en el comedor social, una posibilidad de explorar y participar de nuevas tareas como empaquetado de productos de higiene y preparado de bolsas individuales de alimentos. Un cambio que ha sido muy bien acogido por el grupo.

Otras acciones esenciales para avanzar con el proyecto fueron la compra de productos de higiene con el dinero recaudado en la rifa de una cesta de navidad (104€) y el trabajo de difusión mediante e-mail para anunciar la campaña con un video creado por el grupo, uso de redes sociales, pegada de carteles por los establecimientos del barrio y entorno de los usuarios/as y el programa de radio Traginer@s del centro de día.

Desde la apertura del ropero se ha hecho entrega de más de 50 cajas grandes con ropa y productos de higiene, que teniendo en cuenta la situación actual es todo un logro.

Las personas que participan en este proyecto transmiten al equipo del centro de día que esta experiencia ha aumentado su sentimiento de bienestar al participar de forma activa en la comunidad. Además de aumentar sus contactos sociales con las personas del barrio, valorando que éstas han podido conocerlos desde sus capacidades. También, conocer a otros voluntari@s y sus experiencias ha supuesto empezar a identificarse como voluntarios, dejando de lado otras etiquetas y favoreciendo el sentimiento de equipo desde este rol.

El grupo resume esta experiencia como “Autoayuda, ayudando a otr@s aumenta sentimiento de mejora con un@ mism@”.