¿Qué hemos aprendido las Fundaciones durante el COVID?
14/10/2020
Hoy se ha presentado el informe McKinsey ‘Reimagining European Philanthropy’ en una jornada organizada por la Asociación de Fundaciones. Un grupo de profesionales de la Fundación hemos podido participar en esta sesión de la que nos llevamos interesantes reflexiones para nuestro trabajo en los próximos meses. Nina Probst nos ha recordado que estamos ante una oportunidad para reinventar las fundaciones, tanto en las áreas de actividad como en nuestros modelos de trabajo. El informe arroja cinco conclusiones fundamentales: se está dando una menor carga sobre beneficiarios, se ha producido un aumento del ritmo de donaciones, se ha detectado la necesidad de trabajar juntos para lograr mayor impacto, tenemos que lograr más inversión en las comunidades locales y hay que trabajar para aumentar la colaboración con sector público.
Otras conclusiones del informe se centran en la educación, otro de los retos de la pandemia, con altos porcentajes de abandono escolar y grandes diferencias de acceso a la educación no presencial. Y el efecto en el empleo, que ha hecho que España se haya colocado a la cabeza del desempleo juvenil en Europa.
Y un dato que nos toca de lleno: más de 5,6 millones de personas en España están experimentando problemas de salud mental a causa de la crisis generada por el COVID 19. Es fundamental incorporar la atención a la salud mental en todo el escenario laboral, hay que configurar equipos más multidisciplinares y delegar la toma de decisiones.
Y con ese punto de partida, poniendo sobre la mesa que la salud mental es parte del bienestar de todos, entramos en la sesión de salud mental, moderada por nuestra directora técnica, Teresa Orihuela.
Durante la pandemia, recordó Orihuela, hemos escuchado a profesionales contar cómo cuando se comunicaban con las personas a las que atendían, éstas les hacían preguntas del tipo: “¿cómo estáis?, ¿cómo están vuestras familias?”... Y nos daban consejos velando por la salud: “no salgáis, quedaos en casa”. Hemos aprendido que hay que seguir rompiendo distancias entre pacientes y terapeutas. Todos somos vulnerables, todos necesitamos que nos cuiden, apuntó la directora técnica de INTRAS.
Han sido momentos de toma de decisiones. Hemos creado recursos en el plazo de una semana, desarrollado materiales útiles en las circunstancias que estábamos viviendo… Era fundamental dar una respuesta ágil y flexible, atendiendo las necesidades que iban surgiendo. Sin olvidar en ningún momento que los servicios son los que se adaptan a las necesidades de las personas en el lugar donde éstas se encuentran, puntualizó
Orihuela reflexionó sobre su participación en el informe McKinsey, una oportunidad que le ha abierto los ojos a una nueva realidad: un nuevo rol que tenemos que construir entre todos. Durante la pandemia hemos reflexionado mucho sobre los modelos de atención a las personas con enfermedad mental y las personas mayores. Las fundaciones tenemos un papel importante a la hora de promover el empoderamiento, debemos seguir demando recursos y apoyos, y encontrar un equilibrio entre la atención a personas con problemas graves y la sobreatención de pérdidas normales de la vida. Las fundaciones tenemos que conectar con nuestras causas, ¿por qué hacemos lo que hacemos? Tenemos que comunicar desde donde lo hacemos, no tanto lo que hacemos. Es una oportunidad de conectar las fundaciones con el compromiso con lo humano. Contar nuestra actividad desde lo emocional llega más al público, apostilló Teresa Orihuela.