Voluntariado europeo: historias de solidaridad y transformación

18/07/2024

Gracias a programas como el Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES), que sigue la estela del anterior Servicio Voluntario Europeo (SVE), la solidaridad en Europa no es solo un concepto teórico sino una acción que conecta a personas y comunidades. Estos programas permiten que jóvenes de distintos países ofrezcan su tiempo y energía en diversas causas sociales como la nuestra.

Cada año, Fundación INTRAS acoge entre tres y cuatro voluntarios europeos, procedentes de países como Italia, Alemania, Portugal, Polonia o Francia, entre otros. Estos jóvenes no solo traen consigo un entusiasmo contagioso sino también una diversidad cultural que enriquece nuestro entorno y mejora la experiencia de recuperación de nuestros usuarios.

A principios de julio, hemos recibido a Angélica, una joven italiana que prestará apoyo en nuestros centros en Valladolid. Aunque lleva pocos días con nosotros, desde su llegada ha mostrado una gran disposición para aprender y colaborar, integrándose rápidamente con el equipo y los usuarios. La semana pasada, estuvo en Oviedo para participar en la formación que organiza la agencia nacional para preparar a los voluntarios que acaban de llegar a España con el Cuerpo Europeo de Solidaridad.

En agosto, se unirán a nuestro equipo Alberto, también de Italia, y Meryem, de Alemania, quienes prestarán su apoyo en Zamora. Esperamos con ilusión su llegada y, con la experiencia adquirida durante más de 15 años acogiendo a voluntarios europeos, estamos seguros de que los tres dejarán su huella en nuestra comunidad.

Para los usuarios, la presencia de estos jóvenes voluntarios implica algo más que un simple apoyo adicional; representa una conexión con el mundo exterior, una oportunidad para aprender cosas sobre otras culturas y formas de vida, y un ejemplo de solidaridad. Los voluntarios aportan nuevas perspectivas y energías que complementan el trabajo de nuestro equipo de profesionales, creando un ambiente más dinámico y motivador para todos.

Para los voluntarios, la experiencia es igualmente transformadora. Colaborar en el ámbito de la salud mental les permite desarrollar una empatía profunda y habilidades interpersonales esenciales. Les ofrece una comprensión real de los desafíos a los que se enfrentan las personas con problemas de salud mental y les brinda la oportunidad de contribuir significativamente a su proceso de recuperación. Además, vivir en un país extranjero fomenta la resiliencia y la adaptabilidad.

En resumen, el Cuerpo Europeo de Solidaridad no solo facilita la movilización de jóvenes voluntarios sino que también fortalece el tejido social de Europa al fomentar la comprensión mutua y la cooperación. En INTRAS, somos testigos diarios del impacto positivo de esta iniciativa. Esperamos ver cómo Angélica, Alberto y Meryem continuarán este legado de solidaridad, aprendizaje y crecimiento.

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